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Porfolio realizado sobre una encuadernación de tela |
Ya he hablado en otra entrada de cómo se "lamina"
una tela para poder utilizarla en encuadernación. De esta forma, podemos
utilizar cualquier tela que tengamos a mano. Hoy voy a hablaros de cómo
aprovechar telas que ya hayan tenido otro uso. Y no me refiero solamente a
utilizar ropa antigua para realizar tapas con ellas, sino también cómo darle
otra vida a tapas que hayamos hecho en tela y que, por una u otra razón, nos
hayan quedado inutilizadas por algún fallo.
Ahora, más que nunca, aprovechar cualquier material nos viene bien para no gastar demasiado dinero. El mundo del
reciclaje a llegado al mundo de la encuadernación.
Vamos a ver varios ejemplos:
El bolsillo vaquero
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Vaquero cortado, que va a pasar a mejor vida |
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Cartones pegados al vaquero |
Es un clásico del reciclaje en encuadernación el utilizar el
bolsillo de un antiguo vaquero para realizar un cuaderno con él en la portada.
Los he visto hecho en encuadernaciones coptas o bradel, pero, en mi caso, lo
realicé en tela entera. El primer paso es descubrir la tela que va a pasar a
mejor vida. En mi caso, tenía unos vaqueros que llevaban años esperando en el
armario a que mi cuerpo tuviera épocas mejores. Seamos sinceros: nunca más
volvería a entrar en ellos. Así que son carne de reciclaje.
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Peso sobre la tela pegada |
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Trabillas cortadas |
Tomé medidas y
descubrí que, si realizaba una libreta tamaño DIN A5, podía poner un bolsillo
en cada una de las tapas. Para ello corté la tela en las medidas justas para
realizar la tapa entera, y le quité el dobladillo que me sobraba de la zona de
la cintura, ya que, si no nos deshacemos de esta doble tela, nos quedará el
material demasiado grueso en esa zona de la libreta, y puede que no llegue a
cerrar bien. Como al cortar ese dobladillo, se quedaron las trabillas sueltas
por uno de los lados, las pegué a la tela.
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Portada y contraportada de la encuadernación con vaquero |
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Detalle de las guardas del cuaderno |
Después puse cola en el cartón, esperé a que cogiera
"mordiente", y luego puse la tela sobre las tapas ya cortadas. En
este paso hay que tener cuidado de que el interior de los bolsillos se peguen
en la tapa y no queden sujetos en parte al lomo o lleguen hasta la otra tapa.
Esto es lo único diferente que haremos en esta encuadernación respecto a la
forma de trabajar con cualquier otra tela. Miraremos que el interior del
bolsillo no sobresalga de la tapa y, antes de apretar la tela para que pegue
del todo, meteremos la mano en cada uno de los bolsillos para comprobar que son
funcionales. Hecho esto, seguimos trabajando con la tela como si fuera otra
cualquiera: doblaremos la tela de los bordes y la pegaremos en las contratapas,
quitando lo máximo posible en las esquinas para que no abulte demasiado. Y
meteremos en tapas el interior como si fuera una encuadernación normal. Lo
único que recomiendo es realizar unas guardas con cajo o a la "falsa catalana" (y no seguidas), para amoldar mejor el papel a los relieves de la tela. Y también es un buen detalle decorar el vaquero para que destaque más. En mi caso, como era negro, le puse una cinta roja a juego con la que lleva para marcar las páginas.
El terciopelo
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La caja de las telas usadas |
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Sello y plancha |
Es una tela muy cara, que ha pasado épocas mejores, donde
fuer muy utilizada, tanto en vestuario como en decoración del hogar (cortinas,
cojines...). Hoy en día, es una tela que está en desuso y que acaba en la
basura porque se desgasta con facilidad, y pierde la belleza de sus visos. En
encuadernación aún se usa, aunque un terciopelo tratado, distinto al de la ropa.
Por su alto precio, es bueno aprender a reciclar cualquier trozo que llegue a
nuestra vista.
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Tela sujeta sobre el sello |
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Tela tras embosar |
Para esta encuadernación he utilizado un falso terciopelo de
un traje ochentero de mi cuñada. ¡Ah, los ochentas y sus excesos! El traje está
estropeado, la tela tiene un color excesivamente dañino, y tiene muchas
costuras. Así que no puedo aprovechar mucho tela de él. Por ello me inclino por
una encuadernación Bradel, con las dos tapas por separado y el lomo diferente.
Escojo entonces los dos mejores trozos de la tela, y los corto a medida para
pegar en tapas sueltas. Como el color no se puede mejorar (no hay forma de que
quede bien teñido un falso terciopelo), me decido a decorarlo con una técnica
para "embosar" terciopelo.
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Tela pegada al cartón |
Se trata de rebajar el pelo de la tela por medio de calor.
Para ello escojo un sello de caucho, lo humedezco con agua en spray, coloco la
tela (con el pelo sobre el sello) y la sujeto con cinta de carrocero para que
no se mueva, la humedezco también un poco por la parte de atrás, y después
pongo la plancha sobre la tela unos 20 segundos, a temperatura de algodón. No
hay que mover la plancha sino sujetarla sobre la tela. Al levantarla, el dibujo
se tiene que empezar a ver en la zona trasera de la tela. Si no es así, hay que
volver a poner la plancha de nuevo. Lo que vas a ver es que el dibujo del sello
ha quedado "impreso" en el terciopelo. Como se trata de un terciopelo
artificial, el dibujo queda bastante difuminado. Es normal. Para que se marque
del todo tiene que ser verdaderamente terciopelo.
Ponemos la cola en la tapa, esperamos a que coja
"mordiente", y sólo entonces colocamos con cuidado la tela (si la cola estuviese algo húmeda nos estropearía la tela, también se puede utilizar engrudo para no tener estos problemas). Como no
hemos laminado la tela, se mueve mucho, y hay que tener cuidado a la hora de
pegarla, para que el dibujo quede bien recto. Primero poso la tela más o menos
en su lugar, y luego voy tirando con cuidado, de un lado y de otro, hasta que
quede a mi gusto. Sólo entonces presiono para pegarla del todo.
Para realizar con el terciopelo una encuadernación bradel
debemos rebajar el pelo de la tela que se pega al lomo. Se puede quemar con un
pirograbador, aunque es mejor hacer pruebas antes con un trozo de tela, ya que
las telas realizadas con derivados plásticos pueden llegar a prender con
facilidad. Es más sencillo ponerle cola y aplastarla con la plegadera. El pelo quedará rígido y plano.
Ya sabéis. Jamás tiréis un terciopelo. Se pueden hacer bellas encuadernaciones con él con sólo
realizarle un pequeño cambio.
El lienzo impreso
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Lienzo mal impreso |
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Lienzo tintado con pintura metálica y pinturas oxidables |
En este caso, ya no se trata de una tela de ropa, sino de un
lienzo que se imprime, y que yo uso para encuadernar. Otros realizan cuadros
con él. Si vais a usar un lienzo que tenéis colgado y ya no os gusta, os
recomiendo que miréis que no sea demasiado grueso, y que no sea un cuadro de
verdad (a ver si vais a reciclar una obra de arte...). Yo tenía un lienzo que
se había impreso mal. Me da mucha pena tirar el lienzo, porque es una tela cara
así que, como siempre, decido reciclar mejor que tirar dinero a la basura. Como
está mal impreso, tengo que cubrir por completo toda la tela. El lienzo es una
tela muy firme, así que me permite pintarla con óleos metalizados (que no
necesitan estar preparados para tela).
Hace tiempo que tenía en mente el realizar una
encuadernación que imitase un viejo barco de metal. Para ello pinto el lienzo
en dos colores metalizados, como si fuese un casco de barco. Como voy a poner un ojo de buey, pinto también una
tela de encuadernar con los mismos óleos. El óleo va a encoger esta tela y la
va a deformar, pero yo necesito una tela más fina para realizar el ojo de buey,
ya que el lienzo es demasiado rígido para que quede bien al cubrir un círculo.
Después corto los cartones para realizar una encuadernación de tela entera.
Para hacer el ojo de buey, corto un trozo de cartón, como un
dónut. Y con el tamaño del círculo central de esta rueda, corto un círculo en
una de las tapas. Lijo bien los dos círculos juntos, para que encajen bien.
Cuando queden iguales ambos círculos, pasamos a cubrir la tapa entera con el
lienzo. Se doblan todos los bordes como si fuese una encuadernación de tela
entera normal. Lo único distinto es que hay que cortar la tela de la zona del
agujero circular, y pegar todos sus bordes. Para cubrir la vuelta en un cartón
que sea curvo hay que realizar pequeños cortes en la tela, y luego se irán
pegando esos trozos uno a uno, ajustando bien con el dedo y luego con la
plegadera para que el borde quede redondeado y no salgan pequeños "picos"
en las zonas del corte.
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Tapas por dentro, donde se ve cómo se pega la tela en el agujero |
Después pegaremos la tela sobre el ojo de buey, cortando las
vueltas de la forma descrita. A la hora de colocar la tela sobre el círculo de cartón hay que tener
cuidado de que coincida con la colocación de los dos colores en la tapa. Para
ello coloco el cartón del ojo de buey sobre el agujero de la tapa, hasta que
coincidan ambos espacios. Sólo entonces pego la tela, con todo el cuidado para
que, cuando peguemos este añadido a la tapa, nos coincidan los colores.
Cuando ambas telas estén secas, entonces pegaremos un trozo
de acetato entre el ojo de buey y la tapa. Para ello utilizo pegamento para
plásticos sobre el plástico y cola en la parte donde hay tela. Lo que hago es pegar primero el acetato al ojo de buey, y luego todo junto a la tapa. Hay que
tener cuidado de que el pegamento no rebase y se vea en la zona del plástico.
Yo uso un pegamento que queda transparente, para que no ocurran pequeños
desastres. Como toque final, doy unos brochazos en las telas con pintura oxidable,
le pongo spray con el líquido para oxidar, y dejo las tapas de pie para que el
líquido se deslice por la tapa, dejando marcas que luego se oxidarán. Así
termino el aspecto de metal antiguo que quería darle a esta encuadernación.
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Portada del barco |
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Detalle de la pintura del corte a juego |
En cuanto tengamos las tapas preparadas, ya podemos trabajar
como con una encuadernación normal. Sólo recomiendo poner unas guardas con
cajo o falsa catalana, para que el agujero coincida bien con la guarda, que también tendremos
que recortar. De esta forma, lo que pongamos en la primera hoja de la libreta
se verá a través del ojo de buey. Como si contemplásemos dentro del barco antiguo. Para darle un buen acabado se pueden colorear a juego los cortes, ensuciar o pintar el acetato para que se note su presencia, o poner un dibujo o foto que se verá a través de la portada. Al gusto de cada uno. Si quieres saber más al respecto, la técnica de la pintura la tienes en el
curso online de envejecido de materiales, y la pintura del corte en el
curso online de decoración de cortes.
Unas tapas ya hechas
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Citrasol para quitar letras |
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Trozo de pizarra antes de pegarla |
Siempre ocurre. Uno realiza unas tapas con todo su amor y su
buen hacer y, en el último momento, se acaban estropeando. En mi caso, tenía
una tapas en tela marrón donde me había quedado torcido el título por un
problema del volante de dorar, y que tuve que rehacer por completo. Se quita con facilidad la película de las letras. Sólo hay que frotarlas con un paño
humedecido en Citrasolv. La mancha de humedad que queda se va en unos días, y
el olor a naranjas tardará más, pero también se irá. El problema es que no se
puede quitar la huella que han dejado gofradas las letras sobre la tela. Así que voy a tener que cubrir ese fallo.
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Portada con el decopuage y la pizarra |
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Portada tras ponerle el color metálico y la cinta |
Me decido por realizar decoupage con una servilleta sobre la
tela. Dejo un cuadrado libre en mitad de la tapa de portada, ya que en la tapa
original esa zona estaba rebajada para poner una imagen. En mi caso, pego con
Mod Podge para tela la servilleta, y en esa zona central pego un trozo de
pizarra para pegar. También podríamos haber utilizado pizarra para pintar, ahí
ya depende del gusto de cada uno. Dejo una franja de la tela a la vista en la
zona más cercana del lomo, para que nos quede una "falsa holandesa"
(que ya he descrito en otra entrada). En la línea entre la servilleta y la tela
del lomo pego una pequeña cinta, para disimular los defectos (la servilleta no
va a quedar totalmente recta, como si fuese un papel normal).
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Portfolio con la pizarra en portada |
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Detalle de la pizarra del interior |
Como estoy pasando una etapa de óxidos y aspectos antiguos,
me decido a darle a la servilleta un aspecto envejecido. Para ello utilizo un
poco de pasta para realizar relieve en bronce, que pongo con brocha sobre la
tapa. Nada más ponerla, la extiendo rebajándola con un Medium para tela, y
luego termino lijando con cuidado de no desprender la servilleta. Cuando está a
mi gusto, lo barnizo en mate. Lijo también un poco la pizarra de la portada,
para que quede equilibrada con el resto. Y ya tendremos las tapas preparadas
para ponerle un interior. Como el portfolio es muy delgado, coloco nueve hojas de cartulina para scrap gruesa (300g), con escartivana doblada. En las hojas de la izquierda pego la misma hoja de pizarra, y dejo la hoja de la derecha para poner fotografías con pegamento reposicionable. Así me hago un portfolio original para presentar ideas a los clientes. Si quieres saber cómo se pinta la portada, tienes la técnica en el
curso online de envejecido de materiales.
Como veis, en encuadernación podemos reciclar telas de
varias formas: desde aquellas que sacamos de una ropa, hasta aquellas que hemos
estropeado en otras encuadernaciones. Espero que os haya dado ideas. Y, si hay
algo que os haya gustado, ya sabéis que en
Ojodeva tenéis a la venta estas
encuadernaciones y más.
¡Un buen día a todos!
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