EDITORIALES CARTONERAS: LA ENCUADERNACIÓN RECICLADA

Encuadernación del curso de Ojodeva
A raíz de haber subido el curso a distancia sobre "Editoriales cartoneras y autoedición" varias personas me han preguntado a qué me estoy refiriendo con "editorial cartonera". Así que voy a aprovechar que, cada cierto tiempo trato sobre la forma de trabajar de un encuadernador en concreto para, esta vez, describir el estilo de todo un colectivo.
Bajo mi punto de vista, una editorial cartonera sería una editorial independiente que utiliza materiales de reciclaje (cartón, en su amplia mayoría) para realizar la encuadernación de sus ediciones. Hoy en día, el sentido se va volviendo más amplio, y aúna bajo esta denominación incluso, aquellas editoriales con una producción artesanal y reducida, que trabajan con materiales literarios poco "vendibles" desde el punto de vista de la industria: autores desconocidos, relato o poesía, material político y contenido social...


Cooperativa Eloísa cartonera
Las editoriales cartoneras nacieron en Argentina, durante la crisis económica de 2001, de mano del poeta Washington Cucurto y el artista plástico Javier Barilaro, que idearon la editorial "Eloísa cartonera", basada en el uso de cartón reciclado que compraban a los "cartoneros", con el que realizaban libros de bajo precio. Esta idea, que nació para autopublicar su obra, se extendió por América hasta llegar a Europa, por más de 100 editoriales y diversas formas de trabajo. Eloísa Cartonera sigue funcionando, en estos momentos como cooperativa, y ya ha publicado más de 120 títulos. En un principio, los recolectores de cartón también participaban en la decoración de los cartones, por lo que los diseños eran fáciles de realizar. Aún hoy en día, en que casi ha desaparecido la colaboración de los cartoneros, se ha mantenido una estética "trash", cercana al "do it yourself" punk. Al encontrarse fuera de los cánones de la industria editorial y realizarse a mano, cada libro se hace de la forma que se quiera, convirtiéndolo en un objeto único.
Editoria cartonera amarillo, rojo y azul
Muestra "mundo de cartón"
La baja calidad de los materiales, su bajo coste, su distribución fuera de los cánones establecidos por la industria, y la inmediatez de sus decoraciones (que no necesitan de un conocimiento artístico previo para llevarse a cabo) convierte al libro cartonero en un buen objeto para usar y abusar de él. De esta forma, niños y adultos pueden intervenir sobre el libro en talleres y encuentros, formando parte de la producción y dejando su impronta personal en el libro.
Edición de Meninas cartoneras
También su facilidad de realización y su bajo coste los convierte en una buena opción para los escritores que quieran autoeditarse. Es por ello que el curso que he escrito aúne tanto a las editoriales cartoneras como a la autoedición, ya que ambos fenómenos son compatibles y utilizan unos mismos recursos disponibles en casi cualquier casa hoy en día. Con un ordenador y una impresora (y, a ser posible, con una conexión a internet para darte a conocer en las redes sociales), uno puede imprimir, encuadernar y vender sus propios libros con tapas hechas con materiales reciclados.

La Sofia cartonera en una feria de editoriales independientes
 No es, sin embargo, la autoedición, la única fórmula que existe en las editoriales cartoneras. Se publican autores desconocidos, y también autores conocidos que colaboran con sus obras, además de rescatar autores antiguos o de otros países. De igual forma, las editoriales cartoneras van mutando en su forma de trabajar, desde crear sucursales en otros países con un fondo común, formar cooperativas o colectivos, o realizar coediciones entre editoriales de distintos países. Cada uno busca la forma de colaborar para sacar adelante un trabajo con pocos recursos pero con una buena base humana.
Estas colaboraciones y conexiones se crean, sobre todo, en las redes sociales de Internet y por medio de los encuentros cartoneros. El primer encuentro que conozco fue el llamado “Libros cartoneros: Reciclando el paisaje editorial en América Latina” celebrado en 2009 en la Universidad de Wisconsin-Madison. En 2013 empezaron los encuentros en la Biblioteca de Santiago de Chile y, desde entonces, se celebra todos los años en este lugar. Este año 2016 se encuentran en la IV convocatoria, y va a durar desde el 30 de septiembre al 2 de octubre (quien quiera más información puede leer el blog de Olga cartonera: Convocatória IV Encontro Internacional de Editoras Cartoneras Santiago do Chile/ 30 de setembro, 1-2 de outubro 2016). Se trata de un encuentro donde las editoriales intercambian experiencias y muestran su fondo editorial (con feria de venta), además de haber conferencias y talleres de creación. En Europa se celebró en 2013 el Primer Encuentro Cartonero en Europa.
Encuadernación de LaCleta cartonera

Dentro de estos encuentros se escriben los "manifiestos", donde queda reflejados, de una forma reflexiva, los cambios que se van produciendo en estas editoriales.
Malhafinacartonera acaba de publicar en su blog un listado de las editoriales cartoneras que están activas, en estos momentos, en redes, y en la universidad de Wisconsin-Madisson hay un listado con todas las editoriales cartoneras. Malhafina calcula unas 183 cartoneras, 2 en África, 156 en América, 1 en Asia y 24 en Europa y, de estas 183, supone que siguen activas (por su uso de las redes sociales) 110. Se trata de un fenómeno editorial que, sobre todo, se ha producido en países de habla hispana, siendo los países con más editoriales México (con 23) y España (con 10). Pero casi toda su producción se centra en América del Sur.

Libros de Yerba mala cartonera
Libros de Animita Cartonera
Internet es una base importante de este tipo de editoriales. Casi todas ellas están activas en Facebook, Twitter o tienen Blog. Dentro de twitter o Facebook se puede encontrar esta temática con el hastag #editorialescartoneras.
En cuanto al estilo de sus encuadernaciones, nos encontramos con un uso bastante estandarizado, basado en encuadernaciones que imitan los libros editoriales de tapas duras (con el interior cosido al lomo o pegado a las tapas) o de estilo holandesa (con una tira de tela en el lomo). Como mucho, una encuadernación japonesa básica.

En el curso que he escrito quiero mostrar, tanto a la gente que se dedica a hacer este tipo de encuadernaciones, como a escritores que quieras publicar su propia obra, que se puede sacar mucho más rendimiento a un cartón reciclado, y que existen un montón de estilos de encuadernación y de decoración disponibles para el común de los mortales.


La Cartonera Editorial
Editorial Ultramarina cartonera
Sin cadena de producción mecanizada, sin repetición de un mismo esquema, el libro vuelve a hacerse con las manos y con el cerebro humano, en una encuadernación propia, única e irrepetible. De esta forma, se une al concepto de las editoriales artísticas basadas en la encuadernación artesanal y las tiradas cortas. Sin embargo, se distancia de este otro campo de la encuadernación-edición por las características especiales de sus materiales, ya que la edición artística tienda a utilizar materiales de calidad y duraderos, mientras que la cartonera usa material reciclado que tiene poca duración de vida. Estas diferencias también repercuten en el precio (mucho menor el material reciclado) y la inmediatez (son decoraciones menos meditadas y más rápidas de realizar). También distinguiría los canales de distribución de ambas producciones, ya que el libro artístico tiende a distribuirse en librerías muy especializadas y en ámbitos cercanos a las disciplinas plásticas, mientras que el libro cartonero tiene una distribución de "cercanía", ya sea venta directa desde la editorial, cooperación entre editoriales, círculo de conocidos...
Diseño de Isidora Cartonera
El mundo editorial parece inamovible e inquebrantable, pero no lo es. Siempre han existido pequeños grupos que se mueven y editan fuera de sus muros de coloso. Que se acerquen a la idea de edición de bajo presupuesto o tiradas cortas tenemos los fancines o las plaquettes. Como ya he dicho, en estos casos, los canales de distribución son diferentes. Se pueden ver, no sólo en redes sociales o en sus propias páginas web sino en lugares "físicos", como centros sociales o culturales (trabajando con los más pequeños o haciendo presentaciones), ferias de editoriales independientes, lecturas en bares... Una idea principal es intentar ser autosuficientes para que las subvenciones no se queden con los márgenes de libertad y terminen marcando las pautas (como acabó ocurriendo con el punk).

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