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Cabezada con mosaico de piel
a dos colores |
La cabezada era un adorno que solía ir cosido a la cabeza y al pie del cuerpo del libro y que servía tanto para protegerlo como para unirlo a las tapas. Hoy en día tiene una función básicamente decorativa, y casi todos los libros sólo conservan unas cabezadas cosidas de forma industrial, que se pegan al lomo antes de poner las tapas. Creo que todo el que sepa algo de encuadernación, mira, casi por instinto, la cabezada de un libro, quizá porque entendamos que en estos pequeños detalles es donde reside la diferencia, y que una buena encuadernación suele tener también una cabezada hecha a mano. Se trata de un detalle tan pequeño y escondido que, a un ojo no formado, suele pasarle desapercibido. Por esto creo que las cabezadas son las grandes desconocidas de la encuadernación. Espero que, gracias a este escrito, aprendáis a comprender su valor y sus múltiples formas. Y recordad que, en mi taller,
Ojodeva, realizamos cada una de estas cabezadas, así que, si queréis hacer algo especial con ellas, aquí estamos dispuestos a ayudaros a llevarlo a cabo.
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Cabezada industrial a dos colores |
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Muestrario de Talas |
Primeramente, en el mercado vamos a encontrar cabezadas industriales, muy sencillas, con cosidos a uno o dos colores, unidas a una franja de tela que se pega en el lomo del libro. En España hay poco donde escoger. Como mucho el material con el que estén hechas (algodón, seda) o que tenga una franja blanca o a juego con los colores del cosido. Fuera de este país hay algo más (en Inglaterra o EEUU), pero tampoco nada maravilloso.
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Cabezada hecha con un trozo de papel
a juego con el papel de las guardas |
Para encuadernaciones especiales, siempre es recomendable hacer nuestras propias cabezadas; de esta forma podemos jugar con el resto de las decoraciones del libro y conseguir una decoración equilibrada. La forma más sencilla de realizar estas cabezadas es construirla por separado, y luego unirla al lomo (sin tener una "función" dentro de la estructura más que la decorativa). Estas cabezadas se suelen realizar de dos formas. El primer estilo es coser una cabezada por separado que luego uniremos a una tela y, posteriormente, pegaremos la zona de la tela al lomo, dejando la cabezada a la vista. El segundo estilo se basa en pegar materiales sobre un "alma", ya sean trozos de piel, papel, tela..., que luego uniremos a una cartulina o tela que irá pegada, a su vez, al lomo. Alguna idea es, por ejemplo, realizar una cabezada con tiras de piel muy chiflada, formando un mosaico formado con distintos colores; o, si el papel de guardas es bonito, aprovecharlo también en la cabezada.
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Cabezada enroscada a dos colores |
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Cabezada enroscada a tres colores
a juego con el color del corte |
Otra opción es coserlas directamente al borde del lomo, formando ya parte de la estructura (que era la verdadera función de la cabezada). Para ello podemos colocar un “alma” e ir pasando los hilos desde cada uno de los cuadernillos por el lomo hasta el alma, para volver de nuevo hasta el cuadernillo (sujetándola, así, por medio de los "punto de anclaje" al cuerpo del libro). El alma puede hacerse con diversos materiales (cuerda, tira de cuero, papel enroscado, tubo de plástico...), ser de diferentes grosores (dependiendo del tamaño de cabezada que queramos), de distintas formas (redonda, cuadrada) o variar el número (habitualmente de una a tres). El estilo más sencillo es el de las cabezadas enrolladas, y la más simple de sus variantes es la que se hace con un alma y un color. Luego el cosido se irá complicando según vayamos combinando colores y almas. Los colores pueden ir a juego con la decoración de la portada, la cinta de registro, las escartivanas o la decoración que hagamos en el corte. En cuanto a los hilos con los que coserla, mirad
la entrada del blog sobre tipos de hilos.
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Cabezada etíope de madera |
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Cabezada etíope de piel, de Amarok Lb |
A la hora de escoger la cabezada que vaya con nuestro libro hay que tener en cuenta que existen algunos estilos históricos de encuadernación que exigen su cabezada particular, de ahí que si realizamos una encuadernación etíope con cubierta de piel tendremos que ponerle una cabezada etíope de piel trenzada. Por contra, en encuadernaciones de corte moderno, podemos aprovecharnos de aquella cabezada que nos encaje con la estructura y la estética que estemos buscando; como por ejemplo, usar una cabezada también etíope de cosido sobre palos para romper con la estética formal de unos cuadernillos de color negro.
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Cabezada de talón con tres colores,
de Alberto Chiaramonte |
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Cabezada francesa, de Papercut Bindery |
De todas las cabezadas que se pueden hacer, la que más solemos ver es la
cabezada a la francesa, bordada con hilos de seda. En ella se van enroscando los colores y cambiando de uno a otro, dejando a la vista el cruce entre los hilos. De esta forma, las bandas de colores que se forman en la zona del "alma" de la cabezada son contrarias al color que se cruza debajo. Una versión muy utilizada también es la
cabezada de talón, donde el cruce de los hilos (el "talón") queda del mismo color que el hilo enroscado en el "alma". Con esta cabezada se pueden realizar bellas combinaciones de colores y ancho de bandas.
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Cabeza islámica, sin quitar todavía
el "alma" de cuero |
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Cabezada italiana renacentista, con
cabezada enroscada inferior, trama
de hilo y bordado superior, de The
Sewing Frame |
Además del "alma" puede haber un entramado de hilos cosidos sobre ella para ayudar a realizar el bordado decorativo. De esta manera se borda el chevrón de la cabezada
árabe, que se extiende sobre el corte superior del lomo. En esta cabezada se puede dejar o quitar el "alma" de piel que se ha aprovechado durante el cosido. En el caso de la
cabezada italiana renacentista, la trama de hilos va colocada sobre una cabezada enroscada, que quedará tapada por la decoración bordada sobre los hilos.
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Cabezada y sobrecabezada griega,
con cofia elevada, de Shanna Leino |
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Cabezada con alma de tira de cuero
y sobrecabezada de "puntada de arroz",
de The Smallestforest
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Tanto la cabezada que se pone sobre otra y permanece visible, como la que se borda sobre otra y se tapa, se conoce como "sobrecabezada". En este último caso, la cabezada inferior funciona como si fuera el "alma" de la exterior. Ambas opciones son cabezadas que ocupan mucho espacio a lo alto, por lo que suelen tener que ir acompañadas de una zona elevada en la zona del material del lomo, como puede ser una "oreja" o una cofia elevada (como en la encuadernación
griega o
armenia, con sus respectivas cabezadas). Sin embargo, si no hay material cubriente, no existe esta necesidad, y podemos poner la cabezada del tamaño que nos apetezca.
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Cabezada copta a un color |
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Cabezada alemana en la cofia |
A veces, la cabezada o la sobrecabezada pueden ir cosidas en el material cubriente o a las tapas, quedando a la vista también desde la zona exterior del libro. Quizá la más conocida de este tipo sea la cabezada
copta, que
tiene un cosido que llega hasta las tapas del libro, anudándose en cadeneta por el borde de la tapa (se puede hacer con un color o con dos). Pero existen otros estilos que se realizan de esta forma. Así ocurre con la cabezada monástica, que se cose al material cubriente del lomo, o la cabezada
alemana, que se cose con tiras de cuero entrecruzadas sobre el borde de la piel del lomo.
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Cabezada enroscada en lomo y
sobrecabezada copta en la oreja,
de Ortbindery |
La mayor complejidad es combinar varias cabezadas, unas cosidas al lomo de los cuadernillos, y otras adornando el lomo externo. En estos casos, solemos encontrarnos con una combinación donde la cabezada interior es una simple enroscada y la que queda más a la vista es la más decorativa (como una chevrón, por ejemplo). No es, sin embargo, una norma rígida, ya que en la encuadernación carolingia podemos encontrarnos una cabezada enroscada que va a juego con una sobrecabezada en la oreja también sencilla.
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Acanaladuras en una tapa de
madera, para introducir el
"alma", de Kate Barber |
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Alma de una cabezada, en una
encuadernación de pergamino,
de Mar Sansano |
La cabezada puede ir cortada justo al ancho del lomo, en cuyo caso se suele poner un poco de cola en sus laterales para que no se deshaga. Sin embargo, existen otras opciones a nuestra disposición. Por ejemplo, se puede sacar el alma de la cabezada por el cajo del lomo para luego volver a introducirla y pegarla en la contratapa. Así es como se terminan las encuadernaciones de pergamino de estilo romano. En encuadernaciones de tapas de madera, con tablas gruesas, se puede utilizar la opción de las encuadernaciones bizantinas, donde los laterales se introducen en las canaladuras que se han hecho en el borde de las tapas.
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Cabezada con escrito, de Zigor Anguiano |
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Acordeón con cabezada enroscada
multicolor, de Susan Joy Share
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Hasta aquí las opciones clásicas. Luego están los límites de la imaginación de cada uno. Os dejo dos ejemplos de las múltiples posibilidades decorativas que nos aportan las cabezadas. Por una parte, el
minimalista texto de Zigor Anguiano, impreso sobre una cabezada blanca y plana. La solución contraria es la de Susan Joy Share, donde la cabezada se convierte en el centro de la decoración y es la encuadernación (un acordeón) la que se simplifica.
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Y ya para terminar, como siempre os digo, para cualquier cosa que queráis,
no dudéis en escribirnos. Detrás de estas líneas que leéis hay personas, y no hay que tener miedo a preguntarnos o pedirnos aquello que necesitéis.
Pues una entrada linda y educativa
ResponderEliminarMuchas gracias, India. En el blog tienes más entradas como ésta, relacionadas con el libro y la encuadernación
Eliminar¡buen post!
ResponderEliminarMuchas gracias, Rita. Si tienes algún tema del que quieres que hable, no dudes en preguntar. Espero leer pronto tu artículo sobre tipos de estructuras y la forma de afrontar su restauración. :)
EliminarMuchas gracias, muy bien explicado
ResponderEliminarGracias por toda la información, me encanta tu trabajo.
ResponderEliminarGracias por tu enorme trabajo de investigación y de divulgación de todos los aspectos de la encuadernación!!
ResponderEliminarGracias por compartir la información, he aprendido mucho y le tomó la importancia que tiene.
ResponderEliminarqué significa cartoné con alma
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