ÁLBUM DE TORNILLOS EN MADERA

Álbum de madera de bambú con tapa flexible

Hoy os voy a explicar cómo hemos hecho un porfolio de madera de bambú con portada flexible con un cierre de tornillos. Tenéis más ideas de tipos de porfolios en madera en una entrada anterior. La idea es una propuesta para una tienda de fisioterapia, donde la tapa flexible que tiene recuerda al movimiento de nuestra columna vertebral. Las fotos que vais a ver es la de la maqueta, por lo que el portfolio está sin decorar (le falta el acabado, la decoración, y el color de tela y tornillos adecuado). Pero os sirve para haceros una idea de cómo es su estructura, cómo se hace y las posibilidades que tiene.
¡Esperamos que os guste la nueva idea!
Comencemos por el material necesario:

Alfombra de bambú

Sierra para metal

Vais a necesitar madera de bambú rígida para la contraportada y tiras de bambú para la portada. Como ya os hemos contado en otra entrada, es complicado encontrar madera de buen tamaño de un grosor de 3 mm en España. La que vamos a usar en este álbum se utiliza, en realidad, para construir monopatines. Para la portada, como queremos que sea flexible, vamos a necesitar tiras de bambú. Como cortar nosotros las tiras pequeñas va a ser casi imposible, optamos por comprar una alfombra de bambú, sin tratar, de buena calidad, porque nos tiene que resistir al cortarla. La tabla de la contraportada se puede cortar en recto, con una sierra circular. Sin embargo, las tiras de bambú se pueden astillar muy fácilmente, así que hay que cortarlas a mano, con una sierra para metal de dientes pequeños. Para que quede estéticamente mejor se corta la madera de la contraportada con la dirección de la fibra en el mismo sentido que en la portada.

Las piezas ya cortadas

Sujetamos en cartón para dibujar
los agujeros en la contraportada

 Se corta un trozo de tela de las mismas medidas que la contraportada, que es el que va a ir pegado por la parte interna de la portada. Encima de esa tela irán: un trozo de cartón donde se harán los agujeros de la portada, una zona libre que servirá como franquicia (para que abra bien la portada), y el trozo de tiras de bambú cortadas. Las tiras ya vienen sujetas por el interior por una fina tela que no vamos a quitar. Hacemos los dos agujeros en el cartón donde irán los tornillos con una taladradora doble, que ya tiene la separación exacta de dónde deben van los agujeros en fundas y cartones de quitar y poner. Como el tamaño del porfolio es DINA4 pero los agujeros van en un lateral, coloco la medida de la taladradora como si fuéramos a trabajar con un DINA5. Todos los DINA4 que le vayamos a poner dentro a este porfolio deberán ajustarse también a esta medida. Tras hacer los agujeros al cartón, sujeto éste sobre la contraportada con unas pinzas, en su parte interna (dejamos hacia fuera la cara de la madera que está tratada), y dibujo dónde vamos a hacer los agujeros de la contraportada).

Comprobar que entren los tornillos

Pegar la tela por detrás de las tiras

Comprobamos la broca para madera que tenga el grosor adecuado para los tornillos, y hacemos el agujero donde lo habíamos dibujado. Es mejor que quede bien ajustado y, sí no entra bien del todo, abrir un poco más el agujero con una lija. Si nos hacemos un agujero demasiado grande, los tornillos quedarán flojos y no se sujetarán bien. Al final, comprobemos que entran los tornillos y que quedan bien sujetos. Después de esto, cogemos la tira de cartón y el trozo de tiras de bambú, y le pegamos la tela por su parte posterior. Ojo: antes de pegar el cartón, comprobar bien antes que los agujeros encajan con los de la contraportada en esa posición. Puede que le hayamos dado la vuelta sin querer, y que nos encontremos con la desagradable sorpresa de que no encajan los agujeros (si queréis, dibujar en el cartón una "X" para señalar la zona del cartón que debería quedar hacia arriba, y así no confundirse).

Dejar reposar con peso

Cortar el segundo trozo de tela

 Como la portada va a tener mucho uso, hay que sujetar muy bien la tela a la madera. Para ello usamos cola espesa como pegamento, y dejamos la pieza bajo peso al menos una hora. Cuando ya está bien sujeta, pasamos a cortar el trozo de tela que va a ir en la parte delantera de la portada. En este caso, el trozo debe ocupar el trozo de cartón, la franquicia, y casi llegar al final de la primera tabla de bambú. Alrededor hay que dejar 1 cm de sobra, que pegaremos en la contraportada. Al igual que si fuera el lomo de un libro en holandesa, primero pegaremos la tela bien a la portada, marcaremos la franquicia, y lo dejaremos con peso.

Zona trasera de la portada antes de
rematar la tela de la portada

Zona trasera de la portada
tras rematar

 Luego le daremos la vuelta a la pieza y remataremos la tela en la vuelta al igual que un libro: quitaremos un trozo de cada esquina, pondremos cola en lo que falta por pegar, doblaremos primero los laterales, luego una pequeña muesca en las esquinas, y remataremos con el doblez del frente. Repasaremos con la plegadera la franquicia desde dentro, ya que hemos añadido algo de tela en sus laterales.

Sacabocados

Agujeros ya hechos en la tela

 Como al colocar la tela hemos tapado los agujeros que estaban en el cartón, ahora tenemos que cortar la tela. La mejor forma es marcar un poco dónde se encuentra el agujero de debajo (por ejemplo, hundiendo un poco la zona con un tapón de bolígrafo, o la punta roma de unas tijeras grandes), y cuando se note, haremos el agujeros en la tela con un sacabocado de golpe del tamaño adecuado a lo que necesitamos. Para que la tela quede bien rematada, es conveniente poner un poco de cola en toda la zona que haya sido cortada (de esa manera no se deshilacha). Cuidado con el sacabocado, que sea del tamaño justo que necesitamos para cortar la tela; si es demasiado grande, podemos cortar más el cartón, y dejar los agujeros demasiado anchos para los tornillos.

Álbum abierto

Álbum terminado

Si todo ha ido bien, los tornillos nos encajarán en su lugar, y la portada se abrirá, pudiendo flexionarse, ya que conserva la articulación de las tablas de bambú. Nos queda, de esta forma, una portada original, que puede llegar a enroscarse en sí misma (como cualquier alfombra de bambú), y una zona posterior rígida, encima de la que irán las hojas.

Álbum abierto visto desde un lateral

Tornillos de encuadernación

Para que todo salga perfecto debéis tener en consideración el número de hojas que van a ir en el portfolio y el grosor que éstas ocupan. Recordar que los tornillos de encuadernación tienen unas medidas precisas y, si ponemos menos hojas que su grosor, quedarán flojos y sobresaldrán de la portada; y si ponemos hojas de más, deberemos desenroscarlos un poco y puede que lleguen a abrirse del todo sin querer. Es mejor tener siempre un número determinado de hojas y el tornillo adecuado para ellas.

Mini cepillo para madera

Truco para darle un buen acabado: cepilla el canto de la madera utilizando un cepillo de carpintero japonés, que son muy pequeños y manejables. Así ajustas el tamaño de la portada y la contraportada. También puedes biselar el corte, dándole curva en las esquinas, o curvando el corte en sí. Para las tiras de bambú, sin embargo, os recomiendo lijarlas con una lija de grano fino, ya que se os pueden astillar fácilmente.


Bueno, pues hasta aquí la elaboración de hoy. Espero que la idea os haya gustado.
Y si queréis que os hagamos uno, ¡aquí estaremos!