CARTULINAS, CARTONCILLOS Y CARTONES USADOS EN ENCUADERNACIÓN

Portada entrelazando tiras de cartulina, en el primer volumen
del curso online de Encuadernaciones con escartivanas

Cartulinas, cartoncillos y cartones son tres materiales hechos con pasta de papel, que se distingue de éste sólo por el gramaje. Vamos, por tanto, a clarificar primero los conceptos de gramaje y grosor, que se suelen confundir.El gramaje es la forma que tenemos de medir el peso del metro cuadrado de un papel. Se mide en g/m2, aunque muchas veces sólo vemos puesto g (por simplificar, aunque está mal). Un papel de 90 g/m2 quiere decir que un metro cuadrado del papel pesa 90 gramos. El grosor, en cambio, es la distancia entre las dos caras del material. Se mide con un micrómetro (o medidor de espesores), y nos da una distancia en milímetros. Por tanto, con un micrómetro nunca sabremos el gramaje de un material celulósico, ya que un papel con poco gramaje puede tener más espesor que otro con más gramaje. Si queremos calcular el gramaje, tendríamos que pesar un trozo. Por último, tenemos la "mano", que es el volumen del papel, donde el volumen es igual al grosor dividido por el gramaje (y que se mide por cm3/g). Un papel con más "mano", significará lo mismo que decir que tiene más volumen.

Midiendo el grosor, con un micrómetro, de un cuadernillo

Tampoco tendremos que complicarnos mucho la vida pesando los papeles, ya que, cuando los compramos, suele venir especificado. Lo que ocurre es que la cartulina y algunos cartoncillos vendrán especificados por su gramaje, mientras que algunos cartoncillos y todos los cartones los veremos citados por su grosor. Es sencillo de entender: Es complicado medir el grosor de las distintas cartulinas, pero a partir de unos 0,1 mm ya va siendo, cada vez, más viable, por lo que podremos medir de esta forma los grosores superiores a 0,1 mm (cartoncillos y cartones).
Las diferencias entre unos gramajes y otros que vas a ver (entre qué se puede considerar cartulina, cartoncillo o cartón) son puramente orientativos. No existe una normativa fija que diga cuándo un papel pasa a cartulina, una cartulina a cartoncillo, o un cartoncillo a cartón. Pero es bueno que entiendas que dichas denominaciones se están refiriendo a gramajes cada vez mayores y, cuanto más gramaje, peor se pliegan y más resistentes son, así que tendrán diferentes funciones dentro de la encuadernación.

Lomo formado por varias capas de cartulinas pegadas hasta
formar un cartón multicolor, en el primer volumen del curso
online de Encuadernaciones con escartivanas

Además, también debes tener en cuenta que, si al papel, cartulina o lo que sea, le añades algún tipo de cubriente, esto va a aumentar su gramaje y grosor. Así, si pintamos un papel al engrudo, puede llegar a un gramaje cercano a la cartulina, como de 120-30g si usamos un papel inicial de 90 g. Lo mismo si laminas o si barnizas el material. Esto hay que tenerlo en cuenta ya que, si comenzamos desde un gramaje más alto de papel (como 100 o 120g), nos puede quedar una cartulina demasiada gruesa para cubrir unos cartones, por ejemplo. En realidad, cualquier tipo de papel puede llegar a convertirse en cartulina, y hasta en cartón. Sólo es cuestión de pegar varias capas para ir aumentando el gramaje hasta llegar al que queramos. Esto nos permite lograr una cartulina o cartón de un color o de varios, solamente cambiando el color de las capas del material con el que lo estemos haciendo.

LA CARTULINA

Es el material que, respecto a su gramaje, va después del papel. Se puede tomar como cartulina los que tengan entre 150 hasta unos 300 g (que algunos ya toman como cartoncillos, pero otros siguen hablando de cartulinas con 360g). 250 g es un gramaje normal para tapas de libros (de tapas flexibles, no se suele usar como "material cubriente", pegado encima del cartón). Es preferible no usar las cartulinas con papel de guardas porque su aumento de gramaje les hace perder flexibilidad (respecto al papel). Se suelen usar cuando necesitamos cuadernillos con hojas resistentes, como en los álbumes de fotos. La mayoría de las veces usaremos cartulinas blancas (interesando que se puedan imprimir) y negra. En las blancas nos deberemos fijar en su gramaje si la vamos a imprimir en casa. Una impresora normal no suele aceptar cartulinas de un gramaje superior a 250 g. La mía, por ejemplo, ya la compré pensando en esto, y acepta hasta 300g. Para gramajes superiores habría que tratar con imprentas o elegir otras formas de decorarlas (por ejemplo, la serigrafía, los sellos, impresión analógica...).

Cartulinas de distintos colores en las escartivanas y en los
pliegos. La belleza del conjunto se perdería si el borde fuera
de color blanco, como en una mala cartulina. Ejemplo en el
segundo volumen del curso online de Encuadernaciones conescartivanas

Cuando elegimos cartulinas de otros colores (yo tengo preferencia por ciertas marcas, por sus colores vibrantes), deberemos fijarnos en que la pasta de papel sea de dicho color, y no se trate de una capa de pintura. Si cortamos una cartulina pintada superficialmente, el canto quedará de color blanco, lo cual estropeará nuestro trabajo (piensa, por ejemplo, si estás usando esa cartulina para hacer escartivanas decorativas, donde lo que se ve es el canto de la cartulina). 

Nos fijaremos también en que tenga un PH neutro, que no estropee el libro al ser demasiado ácido. Las cartulinas manufacturadas suelen tener información de este tipo. Más problemas nos darán cartulinas hechas a mano por lo que, si nuestro libro es de calidad, deberemos hacer nosotros mismos esta comprobación. 

Además de las cartulinas de colores, sin satinar, más comunes, también tenemos:

- Kraft:

Cartulina kraft, usada como hoja para un álbum de fotos

Se le suele llamar "papel kraft", aunque tenga gramaje de cartulina, y es el papel de celulosa al sulfato de coníferas. Su color más común es el marrón (existe blanca, que tiene blanqueado su color natural), y es una cartulina de mucha resistencia. El de 180 g puede usarse para hacer pliegos, y el de 300 g se utiliza en tarjetería o para pliegos sobre los que pegar cosas. Tiene mucho uso en los álbumes de fotos que se hacen en scrapbooking.
- Satinada:
La solemos encontrar en edición, como tapas de libros encuadernados a la rústica.
- Gofrada:
La cartulina tiene relieve. Para hacer tapas flexibles decorativas.
- Brillantes y espejadas:

Carrusel con varias capas de cartulinas, unas en espejo en
el fondo. Ejemplo en el segundo volumen del curso online
de Libros de artista

Yo las he usado, por ejemplo, en libros de artista (en la imagen, un "carrusel" que aparece en el segundo curso online de Encuadernaciones sencillas para artistas). Hay que fijarse que tengan una cara que no esté tratada, ya que las zonas satinadas no se pegan bien, y nos darían problemas para trabajar con ellas. A no ser que las vayamos a poner para que se vean por ambas caras, cosidas, con lo que sería preferible que tuviera el mismo aspecto por las dos caras.

- Cartulinas para pintar:

Libro para acuarelista, con cartulinas
para pintar con acuarelas. Explicado
en el primer volumen del curso
online de Encuadernaciones con
escartivanas

Libro de artista con solapas intermedias,
hecho en la misma cartulina para
acuarelas, ejemplo en el segundo
volumen del curso online de
Encuadernaciones sencillas para artistas

A veces, debemos hacer una encuadernación especial para un pintor. Para ello, debemos preguntar qué técnica pictórica va a usar, ya que hay cartulinas para pintar el ellas con acuarela, carboncillo, pastel... También podemos usar nosotros dichas cartulinas para decorar las encuadernaciones. Yo las uso, por ejemplo, cuando hago libros de artista que tengan plegados que necesiten mantenerse firmes.

- Otras cartulinas variadas: 

Lámpara en papel pergamino

Libretas cosidas al lomo con tapas de
papel cristal, en cartulina, ejemplo
en el curso online de Encuadernaciones originales

Cualquier tipo de papel puede convertirse en un cartulina pegándolos unos sobre otros, o comprando un gramaje superior. En la imagen, por ejemplo, puedes ver una cartulina de papel cristal, con el que hice unas tapas para una encuadernación (en el curso online de "Encuadernaciones originales") o una lámpara con cartulina-pergamino (que era transparente. No todas las cartulinas-pergamino tienen esta característica)

EL CARTONCILLO

Está formado por varias capas de papel. Su gramaje podría empezar con 250 g/m2 (aunque hay cartulinas clasificadas así con 300 g), y los he encontrado citados así hasta los 475 g. En grosor, un cartoncillo fino puede tener unos 0,3 mm. El interior del cartoncillo suele estar formado por papeles de poca calidad, a veces reciclados, mientras que por fuera tiene uno de mayor calidad, en ocasiones estucado.

Cartones y estracilla para formar un revistero, que puedesver en este blog

El cartoncillo más utilizado en encuadernación es la estracilla, que se suele colocar en los lomos de los libros (junto a las tapas en cartón), cuando tenemos lomos curvos (por lo que necesitaremos curvarlo previamente, para darle forma antes de colocarlo) por lo que podemos encontrarlo nombrado como "cartoncillo del lomo"; también se la cita como "papel de tiro", ya que a veces se pone en la contratapa para contrarrestar el "tiro" de la piel. De igual manera la podemos encontrar citada como "cartoncillo gris", porque grises son los cartones que se realizan con material reciclado (periódicos, revistas...), que tienen tintas que oscurecen la pasta. Estos materiales reciclados tienen fibras de más cortas (y, por tanto, más quebradizas) que una pasta natural, hecha directamente con pasta de papel (no reciclada).

Encuadernación con volumen en la portada, logrado gracias
a cortar y pegar varias capas de estracilla

Si no queremos que el lomo de nuestro libro quede con ciertas arrugas horrorosas, deberemos mirar el sentido de la fibra del cartoncillo (al igual que con el resto de materiales celulósicos hechos con máquinas). El sentido de la fibra del cartoncillo tiene que ir en paralelo al cajo del libro, como si estuviésemos plegando los cuadernillos. Hay una versión algo mejor llamada "cartoncillo gris-blanco", porque tiene una de las caras blancas, de un mejor material.
Otra de las utilidades del cartoncillo es darle volumen a una portada, pégándolo en algunas zonas para que se eleven. También los uso cuando hago cajas, para unir dos cartones que van colocados en ángulo recto.

EL CARTÓN

Si el papel es muy importante en encuadernación porque con él hacemos los cuadernillos o decoramos, el cartón no le va a a zaga, ya que con él formamos el interior de las tapas (luego poniendo el material cubriente encima). Al cartón, sin embargo, no se le da la misma importancia que al papel, quizá por no quedar a la vista; otro de los grandes errores del encuadernador con unos conocimientos muy básicos de su trabajo.

Se suele decir que el cartón se comenzó a usar tras dejar atrás las pesadas tapas de madera. Otra falsa creencia: ya existían encuadernaciones de papelón (como se llaman las encuadernaciones que tienen tapas hechas con capas de papiro) desde las primeras encuadernaciones coptas. Esas encuadernaciones tenían un material cubriente compuesto por una piel muy fina, que no "tiraba" del cartón, casi como se hace hoy en día. Este "papelón" se realizaba pegando unas capas sobre otras de hojas de papiro, muchas de ellas reutilizadas de antiguos manuscritos que se creían inservibles. Cosas de la vida, pasados los siglos, estos manuscritos reutilizados cobraron más importancia que el "papelón" para la historia, y los investigadores y supuestos conservadores, destrozaron estas tapas para "restaurar" los pergaminos que los formaban. Así se destruyó, a principios del siglo XX, en el renombrado taller del Vaticano, la tapa de la encuadernación más antigua que se conservaba en España. La alegría de unos (los investigadores de los antiguos papiros) se llevaba por delante el conocimiento de los estudiosos de la historia de la encuadernación. Pero éste no es el lugar para hablar de la triste no-historia de este tipo de encuadernaciones.
Con el uso habitual del papel (mucho menos pesado que el pergamino) y la llegada de la imprenta (que aumentó el número de libros y disminuyó el tiempo necesario para hacerlos y su precio), el cartón volvió a cobrar importancia como material central de las tapas (junto a las encuadernaciones de tapa flexible hechas con pergamino, lo que vendría a equivaler el grosor de las cartulinas o cartoncillos de hoy en día). A este cartón, de dentro de las tapas, que se solía realizar con capas de menor gramaje, se solía conocer como "papelón ("pastedown")", y "encuadernaciones de papelón" a las que se formaban con él.
En encuadernación solemos tener disponibles los siguientes cartones:

Cartón gris contracolado:

Cartones con el material cubriente a medio pegar, visto
desde el interior de las tapas. Escogí un cartón nº 20, ya que
le pegué una tela vaquera, muy fuerte

Formado por pasta reciclada y varias capas de papel. Es el que solemos colocar dentro de las tapas y lo vamos a encontrar clasificado por numeración o grosor:
- Cartón nº 3: (0,4 mm)
- Cartón nº 4: (0,5 mm)
- Cartón nº 6 (1 mm): para portadas sin material cubriente, o tapas flexibles
- Cartón nº 10 (1,25 mm)
- Cartón nº 12 (1, 5 mm)
- Cartón nº 14 (1,75 mm)
- Cartón nº 16 (2 mm): para el interior de las tapas de un libro bastante delgado (cartón piedra)
- Cartón nº 18 (2,25 mm): para el interior de las tapas de un libro normal (cartón piedra)
- Cartón nº 20 (2,50 mm): para el interior de las tapas de un libro grueso o cubierto con piel (cartón piedra)
- Cartón nº 22 (2,75 mm): para el interior de las tapas de un libro muy grueso o cubierto con piel (cartón piedra)
- Cartón nº 24 (3 mm): para el interior de las tapas de un libro muy grueso o cubierto con piel (cartón piedra)
(hay más gruesos, pero no los solemos usar).
Como puedes ver, cuanto más grande es el libro, más grueso es el cartón. Esto no es sólo por el peso, sino por una cuestión de equilibrio: un equilibrio entre el grosor de un libro y el de su cartón. También es más grueso cuanto más fuerte sea el material que se le vaya a pegar (siendo la piel el material más fuerte).
Se venden en distintas medidas, aunque la más común es cercana a 70x100 cm.
:
Cartón gris doble capa:
Es un cartón contracolado, que tiene dos capas, de buena calidad, en ambos lados. Esto hace que se pegue muy bien por ambas caras.

Cartón compacto: 
Formado por una sola capa de pasta de papel. Esto le confiere una gran resistencia, por lo que se suele usar con encuadernaciones de piel, sobre todo con las que tienen pieles que "tiran" mucho. Que la piel "tire" del cartón significa que, al pegarla sobre el cartón (estirada) y luego secarse (comprimida), la piel empuja al cartón para volver a su estado original (antes de humedecerse) por lo que, si el cartón es poco rígido, se combará mucho (y se deformarán las tapas).
También se numera:
- Cartón nº 5:  (0, 7 mm). Peso de 500 g
- Cartón nº 8: (1 mm): Peso de 800 g
- Cartón 10: (1,25 mm): Peso de 1000g
- Cartón 12: (1,50 mm): Peso de 1200g
- Cartón 14: (1,75 mm): Peso de 1400g
- Cartón 16: (2 mm): Peso de 1600g
- Cartón 18: (2,25 mm): Peso de 1800g
- Cartón 22: (2,75 mm): Peso de 2200g
- Cartón 24: (3 mm): Peso de 2400g

Cartón de conservación: 
Cartón en que se cuida su PH, para la conservación del PH del resto de materiales celulósicos del libro (un mal cartón puede llegar a afectar al material de las tapas, pero también al interior del libro). Se suele utilizar en paspartús, para la conservación de grabados, por ejemplo, ya que ahí sí que está en contacto directo con el papel a conservar.

Cartón almohadillado:

Tapas almohadilladas. Debajo puse la espuma pegada al cartón

Formado por dos capas exteriores (una contracolada, más fuerte, y otra más fina, de cartoncillo), con espuma pegada en el centro. Se utiliza para hacer portadas abultadas, como las de los álbumes de fotos. A mí no me gusta cómo queda, tan liso, así que suelo quitarle la zona del cartoncillo o, directamente, pego espuma de relleno sobre un cartón gris del nº 18, sobre el que pego la tela (preferiblemente, sin laminar), lo cual deja la tapa muy blanda por la zona exterior. Digo que sin laminar, ya que, si laminas la tela, el papel de detrás de la tela puede estropear la sensación "blanda" que nos aporta la espuma.


Cartón corrugado, ondulado:

Portada de encuadernación con
cartón corrugado flexible
en el curso online de
Edición cartonera

Imagen de cómo quito la primera capa
de un cartón corrugado, para conseguir
distintas texturas. Ejemplo en el curso
online de Edición cartonera

Se utiliza solamente en encuadernaciones cartoneras o libros de artista, por su poca durabilidad y fragilidad. No se suele cubrir con otro material, sino que se usa directamente, plegado, como tapa (u hojas rígidas). Podemos distinguir entre el:
- unidimensional: que está formado por una capa ondulada y otra lisa. Se dobla muy bien, y nos sirve para hacer tapas con lomos redondos
- ondulado: está formado por tres capas: dos cartones en cada cara, con una zona central plegada. Dobla bien mejor por unas zonas que por otras, dependiendo de si estamos en una zona elevada o baja del cartón ondulado central. Puede existir más más capas, que van combinando liso con ondulado.

Cartón sencillo: 

Encuadernación de ojal, con cartón sencillo de una
caja de galletas (creo), que pintado. Ejemplo en
el curso online de Edición cartonera

Cartón de poca calidad y gramaje que se suele usar en packaging. Se aprovecha en encuadernaciones cartoneras, que trabajan con cartón reciclado de cualquier forma o lugar. En realidad, en cuestión de gramaje lo podríamos tomar como cartulina o cartoncillo.

Espero que la información te haya sido de utilidad. Al menos, que sepas por qué se te arrugan los lomos de tus libros, o porqué se te doblan unas tapas tras pegarle el material cubriente. A partir de ahora, tendrás la información suficiente para que estos errores no te vuelvan a suceder.

¡Un saludo desde Asturias!